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24 d’octubre del 2013

¿por qué tengo hambre?

Son las 23:49 de la noche, he cenado a las 20:00 horas, eso quiere decir que hace aproximadamente 4 horas que no he comido. Ahora tengo hambre y me he cuestionado, ¿por qué nuestro cuerpo, nos alerta de que tenemos que alimentar a nuestro estomago? o lo que es lo mismo ¿Por qué mi cuerpo me pide comida?

La respuesta no es nada fácil porque son varios factores los que nos incitan a comer: los factores ambientales y sociales y los factores fisiológicos.

Los factores sociales determinan (en cierta medida) a qué hora tenemos que comer, dichos horarios que controlan nuestras comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena) regulan los ciclos de nuestras ingestas   y es por ello que cuando se acerca la hora de comer, nuestro cuerpo nos avisa y a veces nos exige que comamos. Si no lo hacemos se nos puedo revelar, provocándonos dolor de cabeza, debilidad o a veces mal humor.

También está comprobado que estímulos apetitosos como el olor de una tarta, el del chocolate caliente recién hecho o el de nuestro plato favorito, nos provoca la sensación de hambre y que cuando comemos con otras personas, solemos comer más que si lo hacemos solos. En este caso, se podría decir que la compañía engorda. De todas formas, a mi gusto, prefiero comer acompañada que sola, aunque coma más, me enriquezco con las charlas de sobremesa y disfruto de la cercanía de los míos. Aunque a veces, en Navidad, muchas familias hablen más de la cuenta y se tiren las sobras en la cabeza. Ahora se me ha pasado por la cabeza que  al comer en compañía, uno debe de ser prudente en no comer y hablar demasiado, que luego ya se sabe, que estas dos cosillas, pasan factura.

Los factores fisiológicos también influyen en el hábito de comer, es por eso que nuestro cerebro nos proporciona señales:

Una señal es la que nos da los receptores hepáticos cerebrales cuando nos alerta la deficiencia de nutrientes en nuestra sangre (igual es lo que me pasa a mí ahora, porque hace 4 horas que no como y ahora mi cuerpo me pide algo sabroso)

Otra señal se produce en el tejido adiposo, este tejido es la que contiene las reservas de nuestros nutrientes a largo plazo. ¿Qué puede pasar si las reservas del tejido adiposo están llenas? Si  estas reservas están llenas, solemos comer menos ya que el cerebro no es tan sensible a los receptores hepáticos pero si las reservas del tejido adiposo se terminan, el cerebro es más sensible a los receptores hepáticos y comemos más.

Después de escribir tantas veces la palabra comida, voy a comer un plátano que es conductor de la serotonina y esto ayuda a dormir mejor (entre otras cosas)

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